Kevin Núñez, es un joven de Venezuela, que dejó todo atrás en búsqueda de una mejor calidad de vida. En su trayecto recorrió parte de Sudamérica, buscando un lugar donde establecerse y a medida que fue bajando, conformó una familia y consiguió una carrera.

Esta historia parte desde las calles de Lima, las cuales, Kevin Núñez, ha recorrido a modo de comparsa, bailando salsa, merengue, bachata y hasta reguetón; participando con extraños a los que no solo les sacaba una sonrisa, sino que también  les daba una clase rápida de baile venezolano. Con su carisma y su alegria Kevin, ha sido perseverante, trabajador y sacrificando sus noches logró cumplir una de sus metas, recibirse de aviador.    

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“Llegué a Perú hace cinco años desde Venezuela  y vine con la intención de trabajar y salir adelante”, expresó Kevin Núñez a Diario Latina. Asimismo aseguró que, tras su salida de su país natal, llegó a Ecuador donde no  tuvo una buena experiencia, puesto que al ser migrante, las cosas se les dificultaron y gracias a su último trabajo, logró emigrar al país andino donde actualmente reside. 

Previo, se había radicado en Colombia, donde conoció a su pareja y madre de su hijo, allí estuvo un año y medio, hasta que en su trayecto decidió plantar bandera en Perú. Asimismo, comenzó a trabajar en las calles, vendiendo y haciendo chambas para sacar algo de dinero y  así mantener a su familia.  

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La realidad migratoria

Núñez tuvo la suerte de contar con dos nacionalidades, venezolana y colombiana, puesto que esto le permitió abrirse camino durante su proceso migratorio. Dado que en el continente, hay un gran estigma ante la migración de ciudadanos procedentes de Venezuela, siendo esto un punto a su favor. Sin embargo, no todo fue color de rosas, dado que al migrar debía sobrevivir el día a día y amoldarse a una nueva cultura. 

“Hablé con gente y me dijeron mi mejor opción, es que siga siendo colombiano y que a través de todos los papeles siga por  esa vida y así lo hice”, relató y continuó: “Cuando fui para Ecuador, se me hizo muy complicado, así que me fui porque se me vencía la Visa y además porque no la pase muy bien, así que dos días antes de que se me quedara sin vigencia la documentación me embarque a la frontera de Perú”. 

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Entre tanto, señaló que como migrante vivió la discriminación en carne propia, principalmente en las cuestiones laborales, donde manifestó que, en Ecuador le cerraron varias puertas “Tuve  esa mala recepción, donde todo era dificultoso, porque tuve la oportunidad (en Ecuador) de buscar el trabajo de barman, porque me capacite en Venezuela; además de que,  para poder salir del país hice un curso de inglés y así defenderme fuera, pero  lastimosamente en Ecuador me fue así (mal)”, comentó. 

Por otro lado, remarcó que emigrar a Perú le abrió muchas puertas, ya que aseguró que a las tres semanas de estar en el país, consiguió trabajo en una cocina, otro en una discoteca e incluso llegó a ser asistente de barra. De esta manera siguió perseverando y trabajando de cualquier empleo que pudiera darle algún dinero extra dado que, buscaba darle a su creciente familia lo mejor. Fue así que repartiendo volantes, se encontró con un grupo de artistas venezolanos, quienes se  sorprendieron por su simpatía y carisma al bailar, siendo parte del grupo.  

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Con ello consiguió, no solo reconocimiento local sino también internacional, por medio de las redes obtuvo una fama que lo convirtió en un atractivo turístico.  Siendo reconocido a donde fuera que vaya. Asimismo, con esfuerzo continuo trabajando  y estudiando, con el propósito de mejorar su vida y evolucionar como persona. 

Llegar a Perú con el propósito de salir adelante

“Siempre me  dediqué a las ventas en la calle siempre, tenía la intención desde que salí de Venezuela, de poder estudiar y superarme como persona”, comentó Núñez y agregó: “Entonces decidí estudiar inglés, porque manejaba un poco el idioma de lo que aprendí en Venezuela, entonces cuando llegue vi que podía pagarme un curso de idiomas”. 

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Habiendo llegado desde tan lejos, sabía que no iba a ser fácil para él todo este trayecto, pero siempre se sintió respaldado por la amabilidad peruana. Entre trabajo y recorridos en las calles conoció a un grupo de bailarines callejeros, con el que estuvo una amplia temporada y fue lo que le ayudó económicamente para realizar sus estudios de piloto. 

“Empecé con este grupo, en la calle, a bailar música de todo tipo como  salsa, merengue, bachata y reggaetón Entonces hacíamos shows para que la gente se divierta mucho", comentó. Además explicó que, muchos transeúntes se habían percatado de su carisma y lo habían filmado, volviéndolo una sensación en las redes sociales.  “Gracias a esto, me hice conocido y muchas producciones me conocieron y a partir de ello, una producción me regaló una beca de aviación comercial en el 2019”, comentó. 

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A un año de haber llegado desde Venezuela, Kevin estaba cumpliendo su sueño de convertirse en piloto, algo que logró concretar a pesar de la pandemia. Puesto que tuvo que frenar sus estudios, dado que se le dificultaba conectarse de manera virtual. Una vez que la situación se calmó, Kevin retomó su capacitación. 

“Llegado el 2022, me notificaron que me faltaban dos cursos para cerrar la malla y poder graduarme lo cual fue muy motivante, pero estos cursos tenían un lapso tiempo de apertura. Como soy becado, estos si o si debía pagarlos, entonces  decidí pagar el curso que me tocaba para poder acelerar el proceso”, comentó. Asimismo comentó que mientras tanto busca empleo  en el rubro aeronáutico, para poder conseguir horas de vuelo y así tener más experiencia laboral y así certificarse como “piloto comercial”. 

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Cumplir el sueño de volar

Kevin busca seguir avanzando en su vida, puesto que sueña con convertirse en piloto, aunque para ello necesita ganar horas de vuelo. Por lo que está en búsqueda de una aerolínea que quiera contratarlo, puesto que ha dado siempre lo mejor de él para poder culminar sus estudios. 

"Ahora lo que busco es empezar a trabajar, más que nada  en el aeropuerto,  estoy en la búsqueda de que una aerolínea pueda jalarme (tomar como empleado) y que pueda empezar a desarrollar mi parte personal”, expresó con una sonrisa Núñez quien espera que esto se a una realidad próxima.

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Puesto que, espera desarrollar sus habilidades como piloto y completar sus misiones de vuelo para así poder entrar en el mercado laboral y ser parte de una aerolínea.  Ante esto, sigue siendo paciente y constante, puesto que la vida le ha abierto muchas puertas y sin duda él no se ha negado a arriesgarse e ir por más.  Dejándole al mundo ese mensaje de constancia, que muchas personas pierden en el camino, sin embargo él señala que no hay que dejarse caer por un mal momento.