Crisis de combustible en Bolivia: militares controlan estaciones de servicio para evitar contrabando

En medio de un marcado descontento social por el incremento del costo de los alimentos y por la escasez de combustibles en el país, las Fuerzas Armadas de Bolivia se dispusieron a controlar desde el último miércoles las estaciones de servicio de todo el país, con el fin de frenar el contrabando de diésel y gasolina hacia países vecinos.

La presencia de elementos del Ejército en los surtidores intenta garantizar la venta regular de los combustibles que, desde hace unos días escasean en el país y provocan largas filas de conductores en las estaciones de servicio. Además de experimentar problemas con la distribución de diésel y gasolina, el país andino experimenta serios problemas con alimentos como el tomate, la cebolla y el arroz, que vieron incrementarse sus costos en los últimos días.

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La escasez de combustible en la nación andina se enmarca en una crisis económica derivada por la falta de divisas y restricciones en el sistema financiero del país, que combinado con la menor producción gasífera (producto de exportación por excelencia), han generado un impacto económico negativo en las finanzas bolivianas. Según datos oficiales, la producción de gas pasó de 56,6 millones de metros cúbicos diarios (Mmcd) en 2016, con una renta petrolera de 1.755 millones de dólares, a 31,9 Mmcd en 2023 alcanzando un ingreso de 2.048 millones de dólares.

Foto: Efectivos militares controlan el despacho de combustible en Bolivia.

Esta situación, obligó al Gobierno de Luis Arce a importar los combustibles, (que antes exportaba) y venderlos a un precio subvencionado en el mercado interno (aproximadamente 3,7 bolivianos por litro, equivalentes a 0,54 dólares, un costo que al ser menor al de los países vecinos, es aprovechado por las compañías que intentan revenderlo en la frontera y así obtener algunas ganancias adicionales.

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Foto: filas de camiones cisterna en una ruta de Bolivia.

En ese marco, el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, confirmó que el despliegue de los elementos de las Fuerzas Armadas de Bolivia en los surtidores de todo el país tiene como única finalidad evitar que las cisternas realicen un "carguío adicional" de diesel o gasolina para la reventa en las fronteras del país.

En esa sintonía, el presidente de Bolivia, Luis Arce, apuntó contra la "especulación" y los "intereses políticos personales" que provocaron la crisis y se comprometió a realizar los esfuerzos necesarios para "garantizar" el poder adquisitivo de la población.