Ecuador: el Gobierno de Noboa autorizó a EE.UU a construir una base militar en las Islas Galápagos

El Gobierno de Daniel Noboa autorizó a Estados Unidos a construir una base militar en las Islas Galápagos, el archipiélago situado a casi mil kilómetros de la costa continental del país, bajo el argumento de colaborar con el combate al narcotráfico, el terrorismo y el crimen organizado, en medio de la severa crisis de inseguridad que atraviesa la nación andina.

Las Islas, declaradas Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1978, se convertirán de esta manera en un importante punto de despliegue para las fuerzas armadas norteamericanas, en un sitio estratégico que permitirá controlar las costas de Centroamérica y a su vez las de Colombia y Perú.

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La medida, aprobada por el Consejo de Gobierno de Galápagos y en base a tratados de cooperación militar con Estados Unidos, sobre todo los «Acuerdos sobre el estatuto de las fuerzas» (SOFA, por sus siglas en inglés), se oficializó el pasado 10 de diciembre y permitirá el despliegue de buques, aeronaves y personal militar en el archipiélago.

La decisión del Gobierno de Noboa ha sido duramente cuestionada por la presunta inconstitucionalidad de la misma, dado que la Constitución del 2008, impulsada por el Gobierno de Rafael Correa, prohíbe explícitamente la instalación de bases militares en todo el territorio nacional.

Las Islas Galápagos, situadas a casi 1000 kilómetros de la línea costera ecuatoriana, albergan una importante reserva de biodiversidad.

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Si bien, la administración de Noboa ha enviado una propuesta al parlamento con el fin de eliminar el artículo que restringe la presencia militar en el país, lo cierto es que el mismo no ha sido aprobado por la Asamblea Nacional, y la instalación de la base prosiguió en territorio isleño.

Los especialistas creen que la iniciativa de Noboa, de dejar la seguridad nacional en manos de las fuerzas estadounidenses, responde más a un interés político que a un tema de bienestar social en Ecuador y argumentan que la presencia de una base estadounidense en el país entre 1999 y 2010 no contribuyó a la reducción de tasa de crímenes, y la cifra aumentó durante esa década.