Tras la ola de violencia en el Catatumbo, 35 guerrilleros se entregaron a la fuerza pública

Al menos 35 presuntos integrantes de las disidencias de las FARC se entregaron a las autoridades colombianas durante la última semana, en medio de la feroz ola de violencia desatada en la región del Catatumbo, que dejó como saldo 80 personas muertas y más de 30 mil desplazados, según informó el Ejército de Colombia.

A lo largo de la última semana, se han multiplicado las entregas voluntarias por parte de presuntos integrantes de las disidencias de las FARC, organización que se encuentra en guerra con el ELN (Ejército de Liberación Nacional), comandado por alias "Antonio García", señalada por ser la generadora de violencia en la zona del Catatumbo, fronteriza con la República Bolivariana de Venezuela.

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Cabe mencionar que ante la espiral de violencia desatada en la zona, el Gobierno de Gustavo Petro decretó el "estado de conmoción interna" al tiempo que movilizó tropas a la región con el fin de reestablecer el orden público.

Las organizaciones armadas se disputan el control de los campos de coca en el Catatumbo.

De acuerdo con lo señalado por un informe de Insight Crime de 2021, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) contaría con un total de entre 2.500 a 3.000 combatientes, aunque las estimaciones del Ejército colombiano los ubican por debajo de esa cifra.

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El presidente Gustavo Petro anunció que ha buscado al Gobierno venezolano para formular un plan de acción los grupos criminales. "He dialogado con quien ejerce la Presidencia en Venezuela, Nicolás Maduro, para tapar los pasos ilegales, especialmente en el río Catatumbo, y se accione con vuelos de lado y lado. Contamos con la presencia de 1.580 connacionales en campamento de refugiados del otro lado", dijo el mandatario este jueves en X.

La crisis de violencia en el Catatumbo está catalogada como una de las peores crisis humanitarias en la historia reciente de Colombia dada su magnitud y el volumen de habitantes desplazados producto de la violencia desatada entre las organizaciones armadas irregulares que se disputan el control de un territorio estratégico para el desarrollo del cultivo de coca y del tráfico de drogas.