Tras mucho sacrificio, Dylan Ahumada, logró cumplir el sueño de llegar a Centroamérica, para dedicarse al boxeo profesional. En exclusivo con Diario Latina, entérate que fue de la vida del chico de Lomas de Zamora, que llego a México tras rifar su auto.
Lomas de Zamora, es la región que lo vio crecer, donde terminó sus estudios, trabajó vendiendo hamburguesas, mientras estudiaba y entrenaba. Siendo este su punto de partida, del cual no sabría qué pasaría, sin embargo, lo que comenzó a escribirse en aquella localidad de zona sur de Buenos Aires, continuaría a casi 8.000 kilómetros de distancia.
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Por medio de rutinas constantes, un riguroso entrenamiento y con mucha pasión, se mantiene enfocado en cumplir su sueño, el de llegar a ser uno de los más grandes en el boxeo. Corriendo detrás de su sueño, es como mantiene sus pies en el suelo, aprovechando así cada oportunidad que le da la vida.
Dylan Ahumada, se adentró en mundo del boxeo a los 14 años y desde entonces decidió que este deporte seria al cual dedicaría su vida. Pero para alcanzar su sueño, primero debió de hacer grandes sacrificios, rifar su auto, trabajar, estudiar y entrenar, aquellos pequeños esfuerzos se convirtieron en grandes pilares que lo sostuvieron y les permitió llegar hasta Centroamérica.
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Prepararse para su tercera pelea en México
Por otro lado, el pasado 25 de febrero tuvo su segundo encuentro, el cual tuvo lugar en el deportivo Leandro del valle, Ciudad México. La pelea no pudo ser vista por su familia, Dylan expresó a Diario Latina que: “La preparación estuvo muy fuerte, empezamos a bajar de peso ya dos semanas antes, porque los mexicanos acá bajan una semana antes, llevando una dieta para poder estar con el peso necesario para la división de la pelea”.
“Estaba segurísimo de lo que iba a hacer, sabía que iba a ser un antes y un después de para mi carrera, y cuando llegó el l momento del pesaje, estaba contento, estaba con ganas ya de estar ahí arriba, pero para eso tenía que pesar hasta 54 kilos,”, explicó y recordó entre risas: “ Como era más alto podía extender mi peso a 54 kilos, aunque como estuve internado baje mucho de peso, y quedé en categoría gallo (53.500kg) y rival tenía que tener maxímo 54 kilos, para poder pelear por lo que fue muy justo”.
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Por otro lado, llegó el tan ansiado día, Dylan estaba preparado y solo se enfocaba a ganar. “Tenía en mente no salir a buscar el knock out, porque como dice mi profesor, que si lo buscas no te va a salir, así que solo salí a boxear, recuero que estaba muy acelerado, nos e si era por el ritmo de pelea de rival”, manifestó y aseguró.
Asimismo recordó: “En plena pelea, suena un silbato que nos confundió a los dos (a su oponente y a él), estábamos en el segundo 48, faltaba para que termine el primer round, pensamos que había terminado, pero faltaba porque vi que bajo los guantes y yo hice lo mismo, porque no iba a golpear a traición. Pero creo que mi rival pensó que había terminado el encuentro”.
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No obstante, tras una dura pelea, a la cual disfruto en cada segundo, salió victorioso en su segundo combate. Siendo una nueva victoria para el lomense. “Era muy curiosos todo, porque entre a la arena con un sombrero mexicano y una bandera argentina e incluso tenía mi propia hinchada mexicana que me alentaba durante la pelea, una locura”.
Entre tanto, su mente está enfocada en lo que será su próximo encuentro, que tendrá lugar en la Arena del valle Iztapalapa, el este 25 de marzo, la cual planea compartir en vivo en sus redes sociales (dylan_ahumada01).
De Lomas a México un viaje sin trasbordo
Cabe recordar que Dylan, empezó en el mundo del boxeo con tan solo 14 años, cuando su deporte favorito era practicar fútbol, tras acompañar a su amigo Jorge a practicar ese deporte. “Tuve mi primer entrenamiento desde muy chico, probé los guantes, las bolsas y me encantó”, expresó Dylan Ahumada.
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Durante cinco años, se preparó en busca de su gran momento, el cual llego casi sin darse cuenta, cuando a mediados del 2022 debió empezar a juntar dinero. Por lo que debió no solo entrenar mucho, sino que también hacer malabares para conseguir los pasajes, dado que una pelea le esperaba en México.
El joven, para alcanzar el monto no solo trabajo incansablemente vendiendo hamburguesas ya ahorrando sus ingresos, sino que incluso tuvo que rifar su auto. A pesar de todos sus esfuerzos, el sueño se alejaba, pero como aprendió de la vida, continúo buscando la manera de conseguir el dinero, el cual llego tras pedir un préstamo, permitiéndose así triunfar en México.
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En la actualidad, Dylan está feliz persiguiendo sus metas, aunque expresó que extraña su ciudad. A su familia, amigos y principalmente a su mascota, a quien dejo en Lomas y lo recuerda en cada momento y espera volver a verlo muy pronto.
