Mejor conocido como el “Polimichi”, este uniformado de Colombia ejerce sus dos profesiones a la vez, la de oficial y la de rescatista. A través de las redes sociales, este defensor de la ley, busca que su ciudad sea justa para todos los seres vivos.
Desde muy joven, Marck Velasco, tuvo fascinación por los animales. Desde el día en que su padre le trajo a su primera mascota malherida, este joven oriundo de Bucaramanga, Colombia, descubrió que protegerlos era algo que debía hacer. Es así que, al crecer no olvidó su promesa, llegando a convertirse en policía y en un defensor de los desvalidos.
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Durante sus rondas por las calles, aprovecha para llevar alimento y agua a sus amigos de cuatro patas; como así también, de ser posibles, buscarles un hogar donde puedan tener una mejor vida y una familia amorosa. De esta manera, este agente de la Policía Nacional, de 29 años, hace cumplir la ley para todos.

“En redes sociales suelo compartir el amor que tengo por los animalitos y por los más desamparados”, expresó Marck Velasco a Diario Latina y agregó: “Llevo una trayectoria de 11 años dentro de la Policía Nacional de Colombia, aunque esa labor viene de toda la vida, ya desde muy pequeño”.
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Asimismo, recordó que sus papás fueron quienes le inculcaron los valores de proteger a los indefensos, siendo que al crecer elegiría ese camino. “Me enseñaron a siempre proteger al indefenso, y pues, los animalitos que me encuentro en la calle, son los seres más indefensos que existen”, expresó.
Rescatista y policía, dos labores que van juntas
Durante las horas de patrullaje, Marck se encuentra con diversos animales, como perros, gatos, loros, tortugas, entre otros, a los cuales se da a la tarea de encontrar a sus dueños o alguien que pueda cuidar de ellos. “Son dos profesiones que se sobrellevan muy bien, porque estoy mucho tiempo en las calles y siempre me encuentro con estas situaciones (abandono), pero con diferentes animales”, comentó Velasco.

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Asimismo señaló que en su región suele encontrarse con mucho abandono de animales, dado que siempre se encuentra con varios de ellos, en situaciones malas o lamentables, que denotan todas las penurias por las que han pasado. Es así que, el “Polimichi” entra en acción alimentándolos, dejándoles un poco de agua en las calles, publicando fotos para que los adopten, dando en tránsito, entre otras estrategias para salvarlos del abandono.
Esta labor, era realizada bajo el anonimato, puesto que según contó Marck, él siempre que encontraba un animal buscaba la forma de ayudarlo dándole un lugar con sus familiares. Sin embargo, un día su esposa decidió publicar lo que hacía en sus redes sociales, lo que lo catapultó a tener miles de visitas, comentarios y reproducciones.
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El apoyo de la familia
Al rescatar tantos animales y darlos entre familiares, fue algo que más allá de la responsabilidad que significaba, Marck siempre contó con el acompañamiento de sus allegados, amigos y jefes. “El calor de mi familia siempre fue genial y son muy chévere, porque todos amamos a los animales”, comentó.

Por otro lado, recordó: “Cuando tenía 10 años, salí del colegio y pase por una cancha cerca de mi casa, ahí me encontré con una caja que contenía cuatro gatos. Me quede con ellos un rato en la calle, pensando en que haría mi mamá cuando me viera llegar con esa caja; en eso pasa una señora, que me incentivo a tenerlos y cuando mi madre me vio llegar puso el grito en el cielo”.
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Asimismo, señaló que ya tenían varios animales, dado que su papá también rescataba cuando se encontraba en el camino, dado que él conducía el bus. Aun así, esos cuatro gatos los acompañaron por muchos años. Recordando esto señaló que, durante mucho tiempo tuvo que madrugar para cuidarlos, porque al ser pequeños lloraban mucho y su madre se regía por la ley: “¡tú los trajiste, tú los crías!”.
El nacimiento del Polimichi
El apodo surgió de las redes sociales, siendo uno de los nombres que más sonaban en sus publicaciones, cuando rescataba algún animal. Siendo una fusión de su profesión junto a lo que le gusta. Asimismo, señaló que es un nombre que le agrada mucho y le divierte.

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Asimismo, entre sus hazañas recordó: “Una vez detuve a un hombre que se había robado una perrita pug, que me lo lanzó a penas me vio, lo atrape y no sabía qué hacer con ella, así que le tome una foto y al subía a las redes por si alguien lo identificaba, pero no hubo respuestas”. Entre tanto, continuó: “Estuve patrullando todo el día con él y cuando había terminado mi turno, resolví llevarlo a la casa de mi mamá, obviamente no tenía cara para darle otro animal, así que se lo deje en la entrada, con una tarjeta que decía ‘adóptame’, al final se la terminó quedando”.
Entre tanto, el sueña con algún día poder tener su propia finca, donde poder cuidar a todos los animales que encuentra. Puesto que vive en un departamento muy pequeño y en un espacio reducido es muy complejo darles todos los cuidados. Aún así, se encuentra con animales todo el tiempo, patos en casillas policiales de la zona, lagartos, tortugas y los comunes como perros y gatos. Siendo a estos a los que le dedica parte de su tiempo.
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Por su parte, trata por medio de las redes sociales, incentivar la adopción, el cuidado responsable y la importancia de respetar a los animales. Como así también, que todo el que pueda deje un platito de agua o comida para ellos, o en caso de no poder, brindarles una caricia a estos seres desamparados. Asimismo, las labores del Polimichi, son cotidianas teniendo como remuneración una sonrisa canina y un aplauso social inmenso por medio de las redes.