Aumenta la violencia en Río: Queman 35 autobuses y suspenden el transporte público

Otra jornada de caos y violencia se vivió en las calles de Río de Janeiro cuando un grupo de criminales pertenecientes a la mafia parapolicial incendiaron 35 autobuses y obligaron a las autoridades a suspender las líneas de transporte en gran parte de la ciudad, lo que paralizó el tránsito y generó grandes inconvenientes en la ciudad carioca.

En primera instancia, el ataque sería una "represalia" a la muerte de uno de los jefes de la banda parapolicial, en un enfrentamiento con agentes de las fuerzas de seguridad brasilera. Por este episodio, hasta el momento han sido detenidas doce personas acusadas de cometer "acciones terroristas", en tanto que desde la alcaldía se decretó el "estado de atención".

El gobernador del estado de Río, Claudio Castro, se refirió en redes sociales a los hechos que derivaron en la reacción terrorista de los criminales. "¡No vamos a parar! Nuestras acciones para asfixiar al crimen organizado han dado resultados diarios. Hoy asestamos un duro golpe a la mayor milicia de la Zona Oeste", manifestó.

El criminal abatido durante los operativos de las fuerzas de seguridad es alias Faustão, un sobrino y "mano derecha" de Zinho, quien sería lider de una de las milicias que opera en la ciudad. Faustão era seguido de cerca por ser uno de los responsables por la cruenta batalla entre bandas rivales que se libra en las calles de Río de Janeiro.

Las milicias parapoliciales originalmente habían surgido en el estado de Río, integradas por exmiembros de la Policía para luchar contra bandas de narcotraficantes, aunque finalmente, terminaron por convertirse en un grupo criminal más, al cobrar impuestos a los habitantes de los barrios y al encargarse también, de la distribución de drogas.

Vale mencionar que esta situación se da en el marco de un recrudecimiento de los hechos de violencia en Río, que sufre una disparada en la tasa de criminalidad que la ha llevado a ser una de las ciudades más peligrosas del país, y con la promesa del Gobierno federal de un mayor empleo y envío de recursos para combatir la ola delictiva que azota al estado.