Una de las bodegas más emblemáticas de Argentina, Bodega Zuccardi, se encuentra atrapada en un fallo judicial que podría no solo definir su futuro, sino también sentar un precedente para la historia contractual y patrimonial del país. Este conflicto, que involucra a los descendientes de uno de los nombres más tradicionales de la viticultura mendocina, ha llegado a la Corte Suprema, y su desenlace podría tener repercusiones trascendentales para la división de bienes en los casos de herencias y donaciones en el país.
El origen del conflicto: una herencia dividida
La disputa comienza en los años 90, cuando Alberto Zuccardi y su esposa Emma Cartellone, fundadores de la histórica bodega, planificaron la distribución de su patrimonio. De sus tres hijos -José, Cristina y Emma-, José se quedó con la bodega La Agrícola, mientras que las constructoras Cimalco Mendoza y Cimalco Neuquén fueron heredadas por sus hermanas. Este acuerdo fue formalizado mediante un contrato que, hasta el momento de la muerte de los padres, parecía haber sido aceptado por todos los involucrados.
Con el paso del tiempo, La Agrícola se consolidó como una de las bodegas más grandes y prestigiosas del país, mientras que las empresas constructoras perdieron protagonismo. Sin embargo, la muerte de Alberto Zuccardi en 2014 y la de Emma Cartellone en 2020 reabrió la herida familiar: en 2018, Cristina Zuccardi, casada con el exministro de Trabajo del gobierno de la Alianza, Alberto Flamarique, presentó una demanda judicial. En ella, alegaba que el reparto de bienes había sido injusto y que su porción no reflejaba el verdadero valor de los activos al momento de la muerte de su padre.
El futuro de la empresa corre peligro debido a una disputa judicial entre dos hijos del fundador de la empresa mendocina.
El fallo que cambió el curso del caso
El conflicto llegó a los tribunales provinciales, y en un primer momento, la justicia dio la razón a José Zuccardi, quien argumentó que él y sus descendientes habían sido los encargados de administrar la bodega desde la división de los bienes y que la valorización de la misma debía hacerse en el momento en que se formalizó la herencia, a principios de los años 90. Además, subrayó que el acuerdo fue consensuado por todos los miembros de la familia en ese entonces.
Sin embargo, la Corte Suprema de Mendoza, presidida por Dalmiro Fabián Garay Cueli, dio un giro inesperado a la causa en agosto de 2023. El tribunal resolvió que José Zuccardi debía pagar a su hermana Cristina la suma de US$ 12 millones, más intereses, lo que podría elevar el monto a unos US$ 20 millones. Este fallo, que revirtió los argumentos previos, se basó en tres aspectos clave: la fecha de la valuación de los bienes, el impacto de los aumentos en el valor de los activos después de la muerte de los padres y, lo más controvertido, la aplicación de una "perspectiva de género" en la resolución del conflicto.
La controversia de la "perspectiva de género"
El fallo más polémico fue el que aplicó una "perspectiva de género" para argumentar que las decisiones patrimoniales de los padres de los demandantes habrían estado influenciadas por estereotipos de género que favorecieron al hijo varón (José) en detrimento de sus hermanas. De acuerdo con el tribunal, este factor habría influido en la división de los bienes, creando una disparidad que perjudicó a Cristina y a su hermana Emma. Esta interpretación generó un fuerte rechazo entre algunos juristas, quienes consideraron que la decisión no solo distorsionaba la libertad contractual, sino que también contravenía los principios de igualdad entre herederos y de inviolabilidad de la propiedad.
La batalla judicial continúa
El 23 de agosto, José Zuccardi presentó un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de la Nación para revisar el fallo de la Corte mendocina. A pesar de los esfuerzos de conciliación entre las partes, la Suprema Corte de Mendoza rechazó dicho recurso, dejando en firme la sentencia que podría reestructurar la distribución de patrimonios en el país. Sin embargo, la batalla judicial no ha llegado a su fin, ya que José Zuccardi aún busca que la Corte Suprema de la Nación intervenga en el caso.
Un futuro incierto para la bodega
Mientras la disputa legal sigue su curso, el futuro de Bodega Zuccardi se mantiene en suspenso. La resolución de la Corte Suprema podría tener implicancias devastadoras para el patrimonio familiar, especialmente si la sentencia se confirma en los tribunales nacionales. De ser así, el valor de la bodega, así como el de otros activos del grupo Zuccardi, podría ser revisado y redistribuido, lo que pone en peligro la estabilidad económica de la empresa.
Además, el caso podría marcar un hito en la jurisprudencia argentina sobre la interpretación de la donación consentida y la distribución de bienes en situaciones de herencia. Si se confirma la sentencia, millones de patrimonios heredados podrían ser recalculados y, en consecuencia, rediscutidos judicialmente, lo que podría generar un efecto domino en todo el país.
La resolución final de este conflicto no solo definirá el futuro de una de las bodegas más importantes de Mendoza, sino que también podría cambiar para siempre la manera en que se gestionan las herencias en Argentina.