Luisa Pita, vivió un infierno con una de sus expareja, quien violento y agredió durante mucho tiempo. También, fue víctima de la justicia en su país, quien la hizo menos cuando pidió la manutención para su hijo.
“Soy de la ciudad de México. Me fui a vivir a Monterrey con mi hijo y mi ex pareja, quien no su papá (biológico). De hecho con su papá nos separamos cuando mi hijo tenía 6 meses de nacido”, inicio comentando Luisa Pita, a Diario Latina, quien continuo su relató: “Con él no viví violencia física, pero al separarnos él no quería dar pensión alimenticia porque me “iba a gastar el dinero en fiesta o quién sabe en qué otras cosas”. Me llevaba la “despensa” de mi hijo que incluía: 5 pechugas de pollo, 5 yakults y piezas de frutas”.
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Asimismo, Luisa fue víctima de violencia económica, casi sin saberlo, por lo que según argumento, no hacía falta hacer cálculos, para darse cuenta que a un niño en crecimiento, esa cantidad de alimento no es suficiente. “Creo que él pensó que el niño solo iba a comer 1 vez al día”, argumentó.

Al ver que el alimento era poco y que su expareja, no pensaba bajo ningún argumento darle dinero, resolvió solicitar a través de la “justicia” mexicana, que le dieran pensión alimenticia. “En ese entonces yo no tenía carrera, era mesera; en cambio él sí tenía licenciatura, así es que en el juzgado me dijeron que pues él ya me estaba “dando” pensión”, comentó y añadió: “Me dijeron que, para qué quería más, que el señor estaba estudiando una maestría y que si quería dejarlo sin nada, o sea me trataron como yo fuera “nadie” y así me negaron el aumento de pensión”.
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Vivir un infierno
Tras un primer acercamiento ante una (in) justicia, que se denotaba muy decadente, Pita, decidió continuar con su vida, es así que conoció a alguien mas, quien desde un primer momento se mostró muy diferente a como en realidad era. “Ahí empecé una relación con la pareja que me violentaría durante 4 años. Con él me fui a vivir a Monterrey porque a le iba bien allá y me fui con mi hijo”, recordó.

Asimismo, señalo que en un principio jamás fue violento, pero claro hubo focos rojos que no vio. “Después de 4 años (de relación), sacó su verdadero ser, me violentó en todos aspectos y se fue con alguien más joven”, señaló. Ante esta situación, se encontró sola en Monterrey, sin ningún conocido o amigo, estaba sola con su hijo. “No quería regresar a México a casa de mi mamá o mi papá, ya bastante mal me sentía”, argumentó.
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Tras mucho meditarlo y decidida a irse, vendió todas sus pertenencias, a escondidas de su ex. “Vendí todo y salí huyendo, con mucho miedo de que se enterará. Así fue como llegué a Playa del Carmen y de ahí a Cozumel qué es donde vivo actualmente”, expresó. Entre tanto, según comento Luisa, ella se sintió amenazada. “Por eso me fui huyendo, con mucho miedo. Él ya tenía otra pareja y ya no vivía conmigo, pero yo estaba en su casa y no tenía dinero para irme porque no le había dicho a nadie que sufría violencia y quien lo sabía no tenía los medios para ayudarme a salir”, añadió.

Por otro lado, señaló que con el dinero que recaudo vendiendo sus cosas pudo escapar de esa vida. “Él creía que lo seguía esperando, porque si le decía que me iba, de seguro iba a impedirlo o a quitarme cosas que él creía suyas. Es más desde antes de que tuviera a alguien más, me amenazaba con que si me iba, me quitaría mis cosas o que me iba con lo que traía porque estaba en su casa”, recordó.
“Me llegó a encerrar para que no me fuera, la violencia era psicológica y verbal, el clásico, quién te va a querer con un hijo, tu hijo y tu comen gracias a mí (él)”, manifestó y aseguró: “Llegué a creer todo lo que me decía. Incluso su hija y mi hijo vieron una de las 3 veces que me pegó”. Asimismo, enfatizo que, esto que vivió le costó mucho trabajo perdonarse, incluso que shu hijo haya presenciado semejante acto.
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Iniciar una nueva vida
Tras todo lo vivido, Luisa decidió salir adelante por su cuenta, conoció a su actual pareja, con quien vive en paz y tranquila junto a su hijo. “Me gradué como maestra de inglés, pero la paga no es buena, entonces me hice instructora de buceo en playa y de ahí brinqué a los negocios multinivel y al access conciousness”, comento y agregó: “Actualmente soy líder internacional y soy facilitadora de access, que a eso me dedico”.

Cabe señalar que, el caso de Luisa, es uno de los tanto que suelen replicarse en todo el mundo. Por suerte, para ella terminó de la mejor manera, luchando por sus sueños, sacando adelante una familia y venciendo al sistema que la quiso hacer menos.
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Entre tanto, hay una realidad muy latente en México, donde la justicia no tiende a analizar la situación de las familias. Considerando que, si bien la justicia prioriza a la mujer en la mayoría de los casos, pero según señaló: “Pues se supone que la ley protege a las mamás pero en mi caso me hicieron menos. A una amiga el papá le quitó a sus hijos y creyeron en pruebas falsas del papá por años, no la dejaron ver a sus hijos por más de 3 años”.