Crisis migratoria en Centroamérica: Panamá evalúa cerrar su frontera

El Gobierno de Panamá evalúa cerrar sus fronteras ante el fuerte incremento de la cantidad de migrantes que intentan cruzar por el "Tapón del Darién", la tupida selva ubicada entre el país centroamericano y Colombia, que además de ser el hábitat de peligrosos animales salvajes, es también un lugar elegido para operar por bandas dedicadas a la trata de personas y grupos armados al margen de la ley.

Más de 300 mil personas han atravesado en lo que va del año esta selva de difícil acceso. De distintos países de sudamérica, los migrantes se agolpan a las puertas del "Tapón del Darién" para emprender su larga travesía hacia los Estados Unidos. En el medio, la infinidad de peligros que implica atravesar ese inmenso territorio natural virgen, donde en lo que va del 2023, ya son decenas los cuerpos de personas fallecidas que se han recuperado en esa zona.

A este panorama, de por sí desalentador, debe sumársele un elemento más: la escasa o prácticamente nula colaboración entre los gobiernos de los países atravesados por la crisis de migrantes para intentar abordar el problema. Las propias autoridades panameñas, en este caso, alegan la "falta de cooperación internacional" para resolver un fenómeno que excede a un país e involucra prácticamente a toda la región.

En los primeros seis meses del año, se superó por 100 mil personas, la cantidad de migrantes registrados durante todo el año pasado, y se espera que durante el año en curso, la cantidad total sea de 400 mil, es decir, el doble a la registrada durante 2022. Si bien, quienes se animan a realizar dicha travesía hacia los Estados Unidos provienen de distintas partes de América y del mundo, las autoridades afirman que en su mayoría se trata de personas de nacionalidad ecuatoriana, venezolana, haitianos y en el último tiempo, un número creciente de ciudadanos chinos.

Sin embargo, más allá de la catástrofe humanitaria que significa un caudal tan grande de personas, sin ningún tipo de asistencia, en un tránsito sin control a través de un territorio natural hogar de jaguares, pumas, y reptiles venenosos. El Gobierno panameño también realizó énfasis en los daños ambientales producidos para las poblaciones indígenas.

De acuerdo con los datos del Servicio Nacional de Fronteras panameño, son más de 60 mil las toneladas de basura arrojadas en la zona considerada Reserva de la Biósfera por la UNESCO en 1981.